Personas con o bronquitis crónica desarrollan con frecuencia bronquitis asmática. Los pacientes que padecen asma desarrollan bronquitis asmática cuando su afección respiratoria precedente se vuelve persistente y grave, provocando una obstrucción irreversible de las vías respiratorias. Las personas con bronquitis asmática presentan los síntomas de la bronquitis crónica y los tratamientos anteriores para el asma ya no sirven para evitar que las vías respiratorias se obstruyan con mucosidad.

Comencemos

Los exámenes físicos clínicos no pueden establecer un diagnóstico adecuado a juzgar únicamente por los síntomas externos de la bronquitis asmática. La bronquitis crónica, el enfisema y la bronquitis asmática presentan los mismos síntomas (tos, dificultad para respirar, sibilancias, molestias en el pecho al respirar), por lo que es muy difícil distinguirlos correctamente. A menudo, los trastornos respiratorios se diagnostican con los informes de los pacientes sobre los síntomas, que no son muy reveladores a la hora de indicar la causa específica de la enfermedad.

La bronquitis asmática puede diagnosticarse eficazmente mediante pruebas de laboratorio y cuidadosos exámenes físicos. La bronquitis asmática es una enfermedad respiratoria común entre las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas. La bronquitis suele causar inflamación e irritación de las vías respiratorias. La mucosa, los bronquios y otros órganos y tejidos implicados en la práctica de la respiración se inflaman debido a la exposición a sustancias irritantes (polvo, polen, sustancias químicas) o con virus.

Defensas naturales

El tracto respiratorio tiene muchas defensas naturales contra los irritantes, pero en determinadas condiciones, los agentes externos pueden romper esos obstáculos. Los bronquios producen mucosidad, una sustancia protectora que cubre el órganos. Además, la mucosa, los bronquios y otros tejidos blandos están recubiertos de cilios, unas prominencias en forma de pelo que impiden que los virus y las ampollas lleguen a los pulmones.

Sin embargo, la exposición prolongada a agentes externos hace que los virus y parásitos transmitidos por el aire penetren en esas defensas, provocando infecciones e inflamaciones. Los bronquios empiezan a producir demasiada mucosidad, obstruyendo las vías respiratorias y perturbando el proceso de respiración. La bronquitis asmática se produce sobre todo por la exposición a agentes irritantes externos y no a virus y . Se cree que las dolencias respiratorias graves de la infancia, la debilidad del sistema inmunitario y la hiperactividad de las vías respiratorias son factores que facilitan el desarrollo de la bronquitis asmática.

Conclusión:

Los fumadores que padecen bronquitis crónica también son bastante vulnerables a crear una bronquitis asmática. Los síntomas más frecuentes de la bronquitis asmática son la tos, las sibilancias, la falta de aire y las molestias en el pecho al respirar. Teniendo en cuenta que la bronquitis asmática implica sobre todo la obstrucción de las vías respiratorias, los tratamientos médicos deben conseguir tanto desbloquear las vías respiratorias como luchar contra . Normalmente, los tratamientos médicos con antibióticos van acompañados de esteroides y medicamentos inhalados.

Estos medicamentos se llaman broncodilatadores y son útiles para descongestionar las vías respiratorias obstruidas con mucosidad. Al igual que la bronquitis crónica, la bronquitis asmática puede dar lugar a complicaciones graves (infecciones bacterianas pulmonares) y necesitar tratamiento médico continuado. Se aconseja a los pacientes con bronquitis asmática que se mantengan alejados de los síntomas externos (humo de tabaco, contaminantes, productos químicos, vapores de alcohol, polvo), ya que estas variables pueden agravar temporalmente la . A veces, los pacientes con bronquitis asmática aguda necesitan hospitalización y observación médica antes de que mejoren sus síntomas.